Culpabilidad, ese sentimiento tan extraño. Es extraño porque
hay gente que se siente culpable de cada
cigarro que apaga y gente capaz de no sentir eso nunca, haga lo que haga.
Sentirte culpable no
es ser cobarde sino valiente, es hacerte responsable de tus propios actos, de
tus propios errores.
¿Errores? Sólo somos errores, somos culpables de nuestros
errores, somos culpables de ser lo que somos, sólo errando nos formamos, a base
de errores vamos creciendo, nos vamos haciendo menos perfectos y más humanos. Son
los errores y las imperfecciones lo que nos hace distintos unos de otros, lo
que marca a nuestra persona.
Que nos sintamos culpables de nuestros errores no significa
que seamos culpables de ellos, pues aunque “culpable
de cada cigarro”, los errores son naturales, son inevitables, y es a partir
de ellos como acertamos. Aciertos que hacen que, aunque culpables, no nos
arrepintamos de equivocarnos.
Errores que nos marcan y aciertos que nos hacen felices. Felices
de haber errado.
Culpable por haber esperado tu amor, por haber aprendido a entender y culpable de haberte perdido, otra vez.
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